En logística, la forma en que debemos
ajustar el diseño de un almacén
consta de una serie de decisiones críticas a las que en muchas ocasiones prestamos poca atención.
La distribución de un
almacén en muchas ocasiones responde a la necesidad de adaptación de la empresa a las nuevas situaciones que su desarrollo evolutivo impone. Es decir, que básicamente se va acomodando el
diseño del almacén como se pueda, forzándolo a adaptarse a los cambios que el crecimiento empresarial impone, pero sin ningún criterio de productividad.
Este comportamiento de crecimiento incontrolado y adaptativo suele prolongarse en el tiempo sin que nadie lo note, hasta que los problemas de liquidez, de sobre stock, de excesos de obsolescencia, de deterioro de las referencias o todos a la vez, la convierten en una prioridad.
¿Cuándo es necesario ajustar el diseño de un almacén?
Un informe de investigación de compras desarrollado por Omni-channel dio cuenta que el 80% de los consumidores califican la velocidad de envío y costos como un factor extremadamente influyente para realizar compras, en contraste, el precio fue calificado apenas como una persuasión.
La conclusión de este estudio dice que si una empresa presenta demoras en la entrega de los pedidos - muy probablemente causada por un mal
diseño del almacén- sus clientes preferirán comprar productos de la competencia que lleguen en menos tiempo, así cuesten más.
Si una empresa ha presentado este caso, la buena noticia es que nunca es tarde para ajustar el
diseño de un almacén y hacerlo más productivo.
Para ello es necesario que, en primer lugar, conozcamos la situación actual del almacén e identifiquemos si presentamos alguna de las señales de cuándo es necesario ajustar el diseño de un almacén:
- Los pasillos están saturados de estibas que no deberían estar ahí.
- La seguridad del establecimiento no está a la altura.
- Está previsto abrir otro espacio de almacenamiento fuera del almacén actual.
- Se prevé un aumento de actividad y, por lo tanto, un aumento de necesidades en materia de almacenamiento.
- Roturas de inventario recurrentes: la ampliación de la superficie de almacenamiento permitirá evitar o, al menos, anticipar este tipo de situaciones.
- Las estanterías alcanzan el 90 % o incluso el 95 % de su capacidad de almacenaje.
- Está previsto almacenar una nueva gama de mercancías o cambiar el tipo de mercancías almacenadas.
¿Cómo empezar a ajustar el diseño de un almacén?
A la hora de ajustar el
diseño de un almacén se debe tener en cuenta un equilibrio entre:
- Habilitar espacios con el tamaño necesario para que los trabajadores y maquinaria puedan moverse y completar sus tareas con eficacia.
- Contar con el espacio suficiente para poder almacenar todo el inventario.
Dependiendo de los requisitos de cada industria los espacios cambian, sin embargo, el diseño de un almacén debería contar con espacio para albergar las siguientes áreas:
- Área de almacenaje principal
- Área de recepción de inventario y nuevos productos
- Área de empaquetado
- Oficina de almacén
- Zona de desembalaje y reserva de productos con inventario
- Zona de excedente de inventario y productos en obsolescencia
- Estación de envío
En el
diseño de un almacén la planificación es clave, por eso es importante realizar con anterioridad un esquema a escala del
diseño del almacén antes de configurarlo o cambiar la distribución actual del
almacén.
Una vez identificadas las zonas, cada una de ellas tendrá una disposición diferente según su importancia. A continuación, algunas recomendaciones para las dos áreas que destacan por su importancia en un almacén:
Área de etiquetado:
Disposición del inventario en el almacén:
Según Veeqo, empresa experta en
gestión de inventario, el 60% de las ventas de una empresa provienen solo del 20% de los productos, por lo que es clave identificar los productos más vendidos y tenerlos disponibles cerca del área de embalaje con el fin de reducir el tiempo de localización y alistamiento.
Para la
gestión de inventario
se ha creado un método de clasificación muy utilizado debido a sus resultados: el Análisis ABC. Este análisis consiste en dividir todo el inventario disponible en tres grupos: A, B y C.
- Clase A: Inventario costoso con un bajo nivel de ventas.
- Clase B: Existencias de costo medio con frecuencia de ventas moderada.
- Clase C: Artículos de costo bajo con alto nivel de rotación.
Este sistema nos permitirá priorizar las áreas de almacenamiento según la categoría asignada.
En conclusión, el hecho de ajustar el
diseño de un almacén no debe ser un tabú o debe generar miedo, todo lo contrario: debe ser tomado como una oportunidad para optimizar procesos y hacer más eficiente la logística de una empresa.
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