Por la propia naturaleza del modelo del comercio, el embalaje es algo absolutamente imprescindible que, además, ayuda a vender. Realizamos cientos o miles de envíos al año y cada uno de ellos va dentro de su correspondiente caja de cartón y todos los complementos necesarios (cinta adhesiva, plástico de burbujas, cartón ondulado, etiquetas…). Todo esto, que resulta básico, también tiene un impacto en el medio ambiente. Por eso, tenemos que concientizarnos –y concientizar a los demás– de la importancia de elegir la mejor opción en base a este criterio, hacer una gestión inteligente de los recursos y, por supuesto, reciclar el material de desecho.